lunes, 30 de junio de 2014

HACEN ZAPATILLAS CON ONDA.......

 Un emprendimiento que ya camina





En esta oportunidad conocé la historia de "Vuelta de Tuerca", un emprendimiento que surgió a partir de la creatividad de una licenciada en diseño que se hartó de vestir alpargatas blancas.




Vuelta de Tuerca es un emprendimiento que surgió a partir de la creatividad de una licenciada en diseño que se hartó de vestir alpargatas blancas. Ayelén Gettig dijo que un día se cansó y empezó a pintarlas. “Comprarme zapatillas de diseño me salía muy caro y sabía que tenía aptitud como para pintarlas. Por eso arranqué, le mostré a una amiga y ella me impulsó a seguir. Empezamos con una página en Facebook que se llama Puntada sin Hilo: yo intervenía las zapatillas y ella hacía encuadernación. Cuando ese emprendimiento cumplió dos años decidimos abrir una nueva marca que se llama Vuelta de Tuerca, que se especializa en intervención de zapatillas, aunque la idea es sumar objetos de uso diario como los martillos”, explicó.

“Son objetos que uno puede usar, pero que también tengan una intervención desde el diseño”, definió la emprendedora que hoy trabaja junto a Analía, su hermana que hoy está en Rosario y explota ese mercado.
Ayelén contó que los primeros objetos fueron pensados como obsequios o para uso personal. Pero con el tiempo y a partir de la necesidad de trabajar, se comenzó a evaluar la posibilidad de que estos productos se inserten en el mercado. Al lanzarlos gradualmente a la venta, se evidenció un gran interés en los consumidores y se decidió continuar en ese camino.
Las zapatillas, del número 27 al 45, se compran en Buenos Aires. Todas son blancas y a partir de ahí se van pintando de acuerdo a diseños propios. “Lo primero que se hace es lavarlas para sacarles el almidón y luego se pintan a mano. Lo que tiene de bueno esto es que no hay dos zapatillas iguales. Eso es imposible”, aseguró.
“El tiempo de trabajo –continuó– es relativo porque como esto me gusta a veces me copo y estoy toda una tarde con una sola zapatilla. Otras me llevan dos horas. Ahora estamos queriendo empezar a sistematizar la producción y tratamos de que un par no nos lleve más de dos horas”.
El emprendimiento quedó seleccionado por Expresiva, incubadora de emprendimientos culturales de la Universidad Nacional del Litoral. “Eso nos ayudó mucho. Primero para poder poner por escrito lo que hacemos. Después para poder empezar a organizar nuestro trabajo, determinar cuánta pintura podemos usar por zapatillas, cuánto tiempo dedicarle, el packaging para vender los productos, determinar que los diseños tienen que ser diferentes porque ese es nuestro valor agregado. Expresiva nos ayudó a poder ordenar el emprendimiento”, señaló.
Luego Gettig indicó que ahora están queriendo crecer y salir a nivel nacional. Para eso están analizando hablar con las marcas de zapatillas con las que trabajan para venderles los diseños de Vuelta de Tuerca, aunque esa es una etapa posterior y que todavía está en análisis.
La comercialización
Desde que arrancaron con el emprendimiento siempre hicieron ventas a través de Facebook. Pero también asisten a ferias como el Santa Fe Diseña. El corto camino recorrido les indica por el momento que en las redes sociales es donde capitalizan mejor su trabajo. “En Facebook la gente puede ver los diseños que tenemos y nos puede decir el modelo de zapatilla que quiere, el diseño, los colores. Ese contacto de ida y vuelta nos permite llegar a hacer la zapatilla que el cliente quiere. Mientras que en una feria eso no es tan fácil”, dijo.
Luego añadió: “La mayoría de los diseños son nuestros. El estilo que tenemos es abstracto, no hacemos nada figurativo porque no nos gusta y porque la marca no lo representa. Hay veces que nos hacen pedidos y nosotros los derivamos con gente que hace específicamente esos trabajos”.
Entre sus ventas tuvieron pedidos de una banda de rock de Junín, provincia de Buenos Aires; también vendieron calzados a Mar del Plata, Rosario e incluso enviaron algunos pares a Costa Rica. “Tenemos un público bastante variado, pero sabemos cuál es nuestro público. Si nos piden un Bob Esponja, no lo vamos a hacer. Tal vez la pintamos de amarillo, le ponemos unas burbujas y un delimitado negro. Pero que no sea la figura”, explicó.
Las emprendedoras ya perdieron la cuenta de la cantidad de pares de zapatillas vendidas. Pero solo en la feria del Diseña Santa Fe de diciembre del año pasado vendieron 80 pares en menos de cinco días.
“Hay una tendencia a que nuestro público sea más femenino, pero también tenemos hombres, como mi hermano y mi papá, que las usan. Siempre varían los diseños y los colores si se tiene en cuenta el cliente a quien van a ir dirigidas las zapatillas. El público femenino se anima a más, y eso también tiene que ver con la edad. Hay gente de 60 años que se anima a los colores, las formas y tipografías. También tenemos al adolescentes que no se anima a ponerle tanto color, pero que quiere tener sus zapatillas copadas. Con los hombres pasa lo mismo porque están los que se juegan y dicen: «Mirá las zapa que tengo»; y hay otros que piden algo más discreto”, concluyó.
Uno de los sellos que intentan imprimirle al emprendimiento es el de la alegría y para eso ponen en juego todos los colores que tienen a mano, pero fundamentalmente, su creatividad.
Por Hipólito Ruiz
Fuente: Diario UNO Santa Fe

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